

Los adefesios que han instalado son especialmente incomprensibles si se tiene en cuenta que están auspiciados por el Ferrocarril suizo, que no es pobre precisamente, RailCity, que es la empresa que gestiona las siete grandes estaciones centrales del país y debe de tener una colección de palas para juntar la plata, la galería comercial MetroShopping y el Hotel Montbrillant, que se declara de cuatro estrellas.
Todo el esperpento tiene el objeto de promocionar “La Maison du Père Noël”, que el hotel monta del 1 al 24 de diciembre en las habitaciones de su primer piso. Según el folleto, “La Maison...” cuenta con una sala de cuentos a cargo de la “Mère Noël”, el dormitorio de Papá Noel, la sala de canciones con “le berger” (pastor de ovejas), y algo vagamente denominado “el mundo maravilloso de los niños”.
La verdad es que no hemos visitado “La Maison...” propiamente dicha, ni creo que lo vayamos a hacer (el video que hay en el sitio web no es precisamente algo que te despierte las ganas de ir corriendo a verla). Pero si “La Maison...” tiene alguna relación con lo que han hecho para publicitarla, sin duda lo mejor es mantener la mayor distancia posible.
A la prueba de las fotos me remito:










Atención, pueblo de Ginebra, lo revelo aquí: Chucky está de incógnito en la ciudad de Calvino y ha orquestado esta espantosa exhibición para pasar desapercibido! Vaya uno a saber lo que está tramando...
:: Actualización del 6 de diciembre de 2006
Hoy Gabriela y Amparo pasaron de vuelta por la escena del crimen estético. Había un Papá Noel de carne y hueso tomándose fotos con los niños. Amparo quiso una, claro. Luego de larga cola se tomó la foto y recibió un regalito, todo gratis. El regalito era un paquete envuelto en papel plateado y bastante grande, digamos del tamaño de un paquete de medio kilo de harina. Notable para ser gratis, no?
A Gabriela le había llamado la atención que los chicos que ya lo habían recibido lo llevaban en la mano y en la otra un chocolatito. “Qué raro que no saquen más golosinas”, pensó. Cuando le llegó el turno a Amparo, recibió el paquete y... era bastante pesadito. Al abrirlo descubrió que el contenido era... el chocolatito (uno solo, de menos de 50 gramos), una mandarina (SIC), y el resto del paquete contenía... maníes (con cáscara).
Para agregar bochorno a la miserabilidad, entre niño y niño, el Papá Noel le hacía gestos a una chica —joven, de unos 20 años y rasgos tipo bolivianos— que miraba la escena desde un costado, invitándola a sacarse una foto con él.
Nieves says:
martes, diciembre 05, 2006
Jejejeje... Si, me parece que veo lo mismo que vos. El que armó ese display debe haber estado "bajo la influencia", como se dice acá. Mirá lo que desde hace unos años los USAnos están poniendo en sus jardines. Ah, la estética gringa. Insuperable.
Natalia A says:
martes, diciembre 05, 2006
Que horrible espantosiento papá Noel!!! noo, ni siquiera es gordinflón.
Nieves says:
jueves, diciembre 07, 2006
Jajajaja!!!! Los suizos no tienen fama de amarretes. Mejor echarle la culpa al ponche. A propos, toman "eggnog" allá?
ARGENTINA DUELE says:
jueves, diciembre 07, 2006
Hummm, creo que no, nunca vi. Lo que aca toman en invierno y que puede ser equivalente, es vino caliente, "vin chaud". A mi no me gusta, la verdad, pero no hay "marche de noel" que este completo sin el...
Natalia A says:
lunes, diciembre 11, 2006
Paso por acá para contarte que ya he hecho el indoloro traspaso a Beta Blogger. Te digo esto porque me pareció leer que preguntabas por el cambio en un comentario.
A propósito, si he oído que algunos suizos preparan el "Eggnog de Noël", casero y pesadito. Pero el que hizo el escaparate mamarrachesco ése, creo que le dió a otro licor, el "Absinthe", un licorcito prohibido, con algunos efectos colaterales bravos. Imaginate, en el siglo XIX lo llamaban "El hada verde"!
ARGENTINA DUELE says:
jueves, diciembre 14, 2006
Erika, me encanto el Papa Noel inflable en la pagina que compartiste. Mirandolo bien es como un enano de jardin gigante, inflado a la enesima potencia, supongo.
Natalia, gracias por el dato sobre el Eggnog; nunca vi por Ginebra, pero tal vez es que yo soy distraido, o es una costumbre mas de la Suiza alemana...
Me alegra que la migracion haya sido indolora. Yo por el momento sigo esperando la invitacion de Blogger para mi blog muletto.
Saludos desde 34 Celsius (se me derrite la Mac se me derrite...)