Miriam:
Te agradezco enormemente que me hayas dado la oportunidad de colaborar en este trabajo. Me encantó descubrir sabores y costumbres de tan diversos lugares.
Desde muy chica, con apenas seis años, me atrajeron las hornallas. Recuerdo que a esa edad preparaba milanesas con papas fritas, tartas y tortas. Mi relación con la cocina se fue desarrollando sin prisa pero sin pausa y más de una vez me atraviesa la percepción de que dar de comer, ofrecer un plato de comida, no es sólo y simplemente alimentar. En ese acto subyace un lenguaje oculto, voces milenarias que a través de los tiempos transmiten información preciosa.
Cuando investigué algunas recetas africanas en Internet di con fotos y videos de mujeres reunidas alrededor de un fogón compartiendo la preparación de la comida y, sin duda alguna, sus vivencias cotidianas, sus alegrías, sus broncas, sus miedos. Es conmovedor pensar cómo las mujeres transmiten su saber culinario de generación en generación, una herencia incalculable donde no está ausente el amor y la dedicación que implica alimentar a otros.
Por eso siento que cada receta que se cede a otros, quiere de alguna manera invitarnos a algo más que el placer gustativo. Esa receta representa una herencia singular que nos dice orgullosamente: pruébenme, gústenme, acéptenme. Yo soy ese sabor, ese aroma. Esa es mi gente, mi tierra.
En fin, que fue bueno y motivador participar en este proyecto, que desde lo personal no fue solamente "ensayar las recetas", que me deja un muy buen sabor y que les deseo una muy buena recepción del libro!
Un abrazo,
Gabriela

[La foto viene de acá.]
Anónimo
domingo, marzo 09, 2008
Bien fait Gabriela!
Félicitations pour le livre
Amitiés
JAne
Luciano says:
domingo, marzo 09, 2008
Ese laburo debe haber sido muy satisfactorio, no solo en el sentido de la plenitud estomacal. Simplmente la idea es muy buena.
Me hiciste acordar a cuando mi abuela iba y con mi vieja se cosían el mundo, cocinaban y hablaban, hablaban, hablaban, hablaban en esa burbuja naranaja que se hacían.